Palomas en Bahía Blanca: más de 100.000 cagando hasta 75 veces por día

Las legislaciones existentes son insuficientes y contradictorias a la hora de abordar la problemática. Te contamos todo.

Por Trinidad Conghoss / Asocia Explica

Especialistas recomiendan que las ciudades tengan una población de palomas que represente el 30% de la población humana. En Bahía Blanca claramente son una plaga: estiman que hay más de 100.000 desde hace varios años. Y hacen caca hasta 75 veces por día.

En nuestra ciudad contamos con ciertas características que hacen de ella, el sitio ideal para las grandes concentraciones de palomas. Si bien no son consideradas legalmente como plaga, son una amenaza para la salud y el medio ambiente.

La organización Sergal, que trabaja en el control y gestión de palomas, analiza que se trata de una plaga cuando hay más de 400 palomas por kilómetro cuadrado. Siguiendo esta lógica, en los 130km² de nuestra zona urbana ya tendríamos un exceso con 60.000 aves.

“Sin decisión política, ni métodos adecuados y perdurables de control y educación a la gente, las palomas siempre serán un problema”, explica a Asociación Ilícita el veterinario Alberto Tellarini

La sobrepoblación animal se entiende como la cantidad excesiva de animales que sobrepasa la cantidad de gente que está dispuesta a darles cuidados, se entiende como una condición en la cual la densidad de las mismas se amplía a tal punto que provoca un deterioro del entorno y una disminución en la calidad de vida

“Empezamos a trabajar juntos con el Conicet para establecer las poblaciones, los movimientos, dónde está la mayor cantidad de concentración y otros índices, porque no encontramos estudios previos al respecto y entiendo que no los hay”, afirma Mariana Sierra, directora de Veterinaria y Zoonosis municipal. 

Si bien las palomas no son originarias de nuestro país, se cree que arribaron desde el sur de Europa en 1870. Los primeros ejemplares oficiales llegaron a la Argentina en 1880 durante el gobierno de Julio Argentino Roca, importados como material de guerra para la transmisión de mensajes.

En tan solo 150 años, las palomas lograron apropiarse de las grandes localidades y desplazar especies autóctonas, y nuestra ciudad no fue la excepción.

Debido a esto, se intentaron tomar medidas que no solucionan la problemática real, que se sigue extendiendo por las características que presenta nuestra ciudad. 

Bahía Blanca, un lugar ideal para las palomas

Estas aves anidaban originalmente en los acantilados, era su hábitat. Cuando las poblaciones a nivel mundial empezaron a crecer, comenzaron a instalarse en las ciudades, utilizando los edificios para anidar, ya que se parecían a los sitios originales en los que ellas solían reproducirse. 

Por otro lado, pueden alimentarse de basura y aguas negras, lo que hace que no sea necesario que tengan condiciones ideales para sobrevivir.

La ausencia de depredadores naturales, como el halcón peregrino y el gavilán común son una de las principales razones de la subsistencia y de la alta tasa de natalidad de esta especie.

También la abundancia de comida en la vía pública las amontona; gente que las alimenta, desperdicios en las mesas y veredas de restaurantes, bares, puestos callejeros, granos dispersos por la ciudad y la acumulación de residuos alimentarios en general en ventanas y cornisas de edificios.

Tellarini remarca que “la falta de higiene en las plazas y puestos de comida en las veredas son problemas de índole local”, así como “la falta de educación en la gente que les da de comer”.

La disponibilidad de agua también es un inconveniente, no por los charcos, fuentes o piletas, sino por las pérdidas, caños y tanques rotos, donde se acumulan.

Bahía es una ciudad repleta de edificios abandonados aptos como refugios para dormir y anidar, en calles como Fitz Roy, Lamadrid, O’higgins, Brown, y muchas otras, donde no solo se posan en las cornisas, sino que lograron adentrarse y apropiarse de estos espacios.

Estas aves no solo poseen resistencia a los climas locales, sino que su reproducción es casi todo el año, poniendo al menos 10 a 12 pichones al año por ave.

Los problemas que traen

Estos factores, sumados a la ausencia de programas de control poblacional, llevaron a la sobrepoblación tanto en espacios públicos como privados. 

Y afectan directamente nuestra salud, ya que sus desechos pueden ser portadores de patógenos, contaminar el agua y los alimentos.

«Los excrementos de palomas son altamente corrosivos y dañan estatuas, mobiliario urbano, edificios, madera e incluso decoloran la pintura de los coches”, dice Félix Martín Vilches, un artista español aficionado a la colombofilia

Además, agrega que “las palomas domésticas adoran los edificios históricos, por la cantidad de rincones y cavidades donde anidar, pero sus excrementos están cargados de ácidos que atacan el carbonato cálcico de los mármoles y piedras históricas”.

Vilches sostiene que es muy difícil establecer la cantidad de veces que la paloma evacúa sus excrementos, pero oscilan entre 20 y 75 por día: una sola puede producir en promedio 3 kilos de estiércol al año

De hecho, la limpieza de la caca debe realizarse muy cuidadosamente, ya que las partículas de las heces se dispersan con el aire y al inhalarlas se puede contraer entre otras, la psitacosis, una enfermedad infecciosa muy perjudicial si no se trata rápidamente.

La paloma es un ave que transporta al menos 30 enfermedades y con sus excrementos y plumas tapa las canaletas, los drenajes pluviales, e invade los techos y tanques de agua de los hogares.

“Las más comunes además de la psitacosis son la criptococosis, histoplasmosis, parásitos internos y parásitos externos , y se transmiten por materia fecal, secreciones o contacto directo”, detalla el veterinario Tellarini.

Si bien parece todo negativo alrededor de sus excrementos, estos contienen ácido fosfórico, nitrógeno, amoníaco, potasio soluble, entre otros, que lo hacen muy bueno como material para abono y hay empresas que lo comercializan.

¿Qué se puede hacer para controlar la plaga?

Existen diferentes métodos para controlar la plaga de las palomas en las áreas urbanas. Sin embargo, muchos no son tan eficientes y otros pueden llegar a generar un problema medioambiental.

Existen diferentes métodos para controlar la plaga de las palomas en las áreas urbanas. Sin embargo, muchos no son tan eficientes y otros pueden llegar a generar un problema medioambiental.

Un equipo de investigadores –integrado por especialistas del INTA y de la Universidad Nacional de Córdoba– desarrolló un método para reducir la sobrepoblación de palomas urbanas sin necesidad de envenenarlas o enjaularlas hasta la muerte. 

Se trata de un biopolímero (molécula) natural y comestible que sirve para disminuir su natalidad.

El proyecto contempla el desarrollo de un alimento atractivo, vehículo de un antiparasitario de uso veterinario, inofensivo para otras especies animales y para el ambiente y cuyo efecto secundario es la reducción de la oviposición.

El tratamiento consiste en suministrar, en puntos claves de la ciudad, granos de maíz enteros recubiertos con el biopolímero natural, lo que permitiría la disminución paulatina de la especie.

Una de las mayores ventajas de este tipo de control, es que es un mecanismo reversible.

Si la población llegara a números tolerables puede suspenderse el tratamiento y retomarlo cuando la población de palomas vuelva a considerarse un problema.

¿Y qué hace el Municipio de Bahía Blanca?

La subsecretaría de Gestión Ambiental del municipio tiene a cargo la limpieza de las calles principales del centro y se encargan de la limpieza de los excrementos en las veredas.

El problema de esto es que las grandes concentraciones de palomas y heces no se encuentran solo en estas calles y que la limpieza debería ser íntegra.

Al recorrer las peatonales, principalmente la de Drago, podemos observar no solo caca en las veredas, sino también en los bancos, en los juegos para los niños, en las entradas a los locales y en los ventanales de los mismos.

Si se mira para arriba al recorrer las vidrieras, no solo se ven nidos y palomas muertas atrapadas entre redes, sino también mucho, pero mucho excremento.

La funcionaria Sierra afirma que comenzaron a trabajar en el tema “apenas comenzada la gestión” para encontrar acciones superadoras.

“Sabemos que cualquier medida sin mayor estudio o relevamiento van a ser recursos desperdiciados, que a largo plazo no terminan teniendo resultados”. 

En ese sentido, le adelanta a Asociación Ilícita que la idea es avanzar en un programa de control ético que sustituya los huevos en palomares

“Es un programa que no solamente se desarrolla fuera del país, también en Argentina hay varias ciudades donde se está utilizando y los resultados son muy satisfactorios”, sostiene. 

¿Se puede matar a las palomas?

La población de palomas no se controla matándolas. La retirada de aves sólo rejuvenece la población, debido a que las condiciones de la ciudad siguen siendo las mismas en cuanto a recursos alimenticios y de vivienda.

Además, las palomas están protegidas por las leyes nacionales N°14.346 y N° 12.913: se penaliza su asesinato ya que se consideran “”de utilidad pública”.

Contrariamente, el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, firmó en 2018 el decreto Nº279 que permite el control de especies silvestres mediante la caza, incluyendo a cuatro especies de palomas, la doméstica, la torcaza, la turca y la montera. 

Esa última norma las divide específicamente en especies plaguicidas y especies dañinas o perjudiciales porque “se han producido importantes modificaciones bioecológicas, que han provocado el retroceso numérico de diversas especies autóctonas”.

El municipio de Bahía se adhirió a este decreto firmado en 2018 por la provincia mediante una ordenanza N° 21.355 debido a “la problemática generada por la gran cantidad de palomas que habitan principalmente en el centro de nuestra ciudad; y los riesgos que esto implica para la salud de la población”. 

Esto significa que el municipio y nuestros concejales son conscientes de los problemas que pueden ocasionar las grandes concentraciones de palomas, aunque no tomen medidas higiénicas o sanitarias con respecto al tema.

Así mismo, cualquier propietario de cualquier título de terreno está obligado por la ordenanza Nº7932 a exterminar las especies nocivas que permanezcan en su espacio y puedan generar un peligro para la salud pública. 

Además, están obligados a denunciar ante la municipalidad la presencia de estas especies nocivas, entre las cuales, si bien no se encuentran las palomas, “se define como especie nociva a todas aquellas cuya existencia produzca problemas de tipo sanitario, molestias, incomodidades o deterioro de las viviendas, modificando el ecosistema o su equilibrio”.

Entonces la paloma produce estos inconvenientes que día a día comenzaron a afectar a una mayor cantidad de ciudadanos y comerciantes: ¿te sentarías a comer en una mesa en este estado?

A pesar de que este tema es considerado por distintas leyes y ordenanzas, desde Gestión y Saneamiento Ambiental, no se tomaron medidas públicas que abarquen desde la difusión de información y prevención de enfermedades, hasta su disminución mediante métodos no dañinos para los ciudadanos.

Tampoco se abordó este tema en las sesiones del Concejo ni se tomó en cuenta para las políticas de los gobiernos locales pasados.

Desde la nueva administración afirman que “son acciones a largo plazo, pero entendemos que todo este proceso de programación y logística es necesario para una vez implantados, tener resultados duraderos. Que no sean acciones para salir del paso y que el año que viene volvamos a la misma situación”.

Apenas un ensayo

En 2021 el municipio comenzó un ensayo de captura de palomas en jaulas, colocadas en los edificios más poblados del centro; el Palacio Municipal, el Mercado Municipal y la torre Bicentenario. 

Esta medida se tomó para controlar el aumento de su población y verificar si el método funciona o no, pero luego no se supo más al respecto.

Entidades proteccionistas locales se quejaron y pidieron métodos más amigables con la especie ya que denunciaron que se las encerraba y se las dejaba morir al sol, sin alimento ni agua.

Desde la mesa de Abordaje de Fauna Urbana del Concejo se trabajó en una ordenanza para hacer el control de palomas aunque después no avanzó. 

Proteccionismo animal e integrantes de la mesa propusieron controlar la reproducción de las aves mediante anticonceptivos, pero no fue tomado en cuenta.

El avance de las ciudades sobre territorios silvestres empujó a muchas especies a adaptarse a la convivencia con los humanos en ambientes que resultaron fuertemente modificados, siendo a veces perjudicial para nosotros.

Más allá de la presencia de las palomas, hay otros animales que no se identifican y la consecuencia directa es que jamás son tomados en cuenta al momento de pensar o proyectar construcciones o modificaciones del territorio.

Las legislaciones existentes son insuficientes y contradictorias a la hora de abordar la problemática de las palomas en Bahía.

Si bien uno de los objetivos de Salud Animal del municipio es “mejorar la notificación, prevención y control de las principales enfermedades zoonóticas del país: brucelosis, hidatidosis, síndrome urémico hemolítico (SUH), leptospirosis, rabia, sarna, toxoplasmosis, triquinosis, tuberculosis bovina, psitacosis u ornitosis, hantavirus, gripe aviar, leishmaniasis y fiebre amarilla” aún no se vieron acciones de notificación, prevención y control al respecto.