La trágica inundación que tuvimos por el desborde del arroyo Napostá y del canal Maldonado terminó con una discusión de varios años: intervenirlo para limpiarlo o no.
En 2020, el gobierno de Héctor Gay quería limpiarlo (o dragarlo) y la oposición y grupos ambientalistas se opusieron.
¿Por qué no querían una intervención?
Los ambientalistas decían que no había que tocarlo porque el humedal tenía especies y vegetaciones nativas que supuestamente cumplen una función importante en el control de larvas, mosquitos e insectos, entre otros beneficios.
Pero los funcionarios de Gay decían que había que limpiarlo y dragarlo por si ocurría una crecida importante y no llegaba a drenar.
No se pusieron de acuerdo y el ex intendente no se animó a avanzar.
Incluso concejales de la oposición, que hoy son oficialistas se burlaban del proyecto: “la mejor intervención es no intervenir”, decía de manera sarcástica la actual concejala Gisela Ghigliani.
Sin embargo, ¿te acordás del temporal de lluvia y viento que duró varios días durante 2022?
Bueno, casi nos inundamos, y el susto fue tan grande que aprovecharon para darle una limpieza al Napostá.
Fue una gran oportunidad para darle una limpieza: en ese momento se temía una inundación en los barrios bajos, White y Cerri y Gay no dudó: lo mandó a dragar.
Tomás Marisco, a cargo de espacios públicos se encargó de la limpieza apenas pasó el temporal.
¿Por qué? Porque con la llegada del agua de las sierras, la subida del arroyo y el arrastre de tantos residuos, se temía que se tapara el entubado, que el agua no drenara a tiempo y que se inundara también toda la zona del Paseo de las Esculturas, donde empieza el entubado.
En ese momento la oposición, hoy oficialismo, criticó fuertemente la intervención. Incluso el Conicet emitió un comunicado preocupados por la limpieza.
Poco se sabe si durante este primer año del gobierno de Federico Susbielles se hicieron tareas de mantenimiento y limpieza del arroyo.
Sin embargo, ahora nadie duda: desde la inundación del 7 de marzo está clarísimo que hay que intervenir el arroyo Napostá.
¿Pero qué Napostá queremos? ¿Lo queremos libre como antes o entubado?
¿Importa la flora y fauna si eso implica miles de bahienses que pierden todo?
Preguntas a las que deberemos dar respuestas en el corto plazo.